El rosario
es el primer alimento del alma
La juventud
lo aprende entusiasmado
Rezando, el
alma se siente emocionada
Ocupa un
lugar hermoso en nuestra vida
Sus
plegarias la Virgen María las escucha
A todos los
niños, los admira
Reinará la
paz en nuestras almas
Invocando,
el nombre de María
Oremos, al
comienzo y al final de la partida
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